"Intentar que los habitantes de Lanzarote y los millones de personas que nos visitan puedan preguntarse qué había debajo de ese inmenso mar de lavas y arenas volcánicas antes de las erupciones del siglo XVIII, ha sido uno de los cometidos de este libro; responder a esas preguntas ha sido, en última instancia, el objetivo principal.
Muchos ojos miran y han mirado ese vasto territorio de muy diversas maneras. Desde los ojos venidos de atrás, del campesino que ha plantado las arenas, o ha ido a recoger las frutas entre los chabocos del volcán o en diminutos islotes entre las negras lavas; hasta los ojos y cámaras de turistas que recorren fascinados el Parque Nacional, o los ojos y aparatos de científicos que estudian y analizan hermosas y singulares formaciones geológicas, especies animales o vegetales, extraordinariamente adaptadas a esos aparentemente estériles ecosistemas.
Todos han observado, por lo general, ese territorio de más de 200 km. cuadrados (casi del tamaño de la isla de El Hierro), como un caparazón de piedras y arenas, como un paisaje sin profundidad, como una parte de la isla sin historia, sin pasado, dicho de otra manera, sin gente.
¿Qué pasó, entonces, con esos más de mil quinientos años de ocupación de aquel territorio por los majos?¿Qué aldeas poblaron. qué construcciones hicieron, qué patrimonio cultural nos dejaron allí?¿Qué ocurrió en aquella zona, una de las más apreciadas de Lanzarote, entre la conquista de la isla y las erupciones?¿Quyé fue de las ermitas, casas, corrales, tahonas, maretas, aljibes... que, en número de varios miles, poblaban llanuras y lomos, costas y malpaíses?¿Qué fue de aquella gente lo perdió todo?¿A dónde fueron a vivir, a cultivar, a pastorear?¿Qué influencia tuvo todo eso en la reorganización de la nueva isla que surgió cuando se apagó la tierra?¿Podemos hablar de un antes y un después en la historia de la isla de Lanzarote?"